lunes, 13 de septiembre de 2010

Los Ángeles sí Existen 2

Joaquín era un niño muy introvertido, tímido y muy poco sociable, se encontraba iniciando la etapa de la adolescencia y asistía a una escuela de buen nivel, tanto académico como socioeconómico en la cual sus papás lo habían inscrito a él y su hermano con muchos esfuerzos y sacrificios, todo por darle la mejor educación a sus hijos.
A pesar de esto Joaquín no se sentía del todo bien, no sentía pertenecía ni que encajara con nada ni con nadie, todo era ajeno a él, el colegio le parecía la cosa más pesada y sin sentido, tenia compañeros a quienes les hablaba pero ninguno que pudiera decirse amigo, todos eran como extraños para él.

Había varios grupitos en su salón, los típicos niños fresas que presumen de lo que sus padres les compraron y que se sienten superiores a los demás por tener más recursos económicos, (es curioso desde donde empieza ese tipo de pensamientos clasistas absurdos, como si el dinero nos hiciera ser más o mejores que los demás, simplemente absurdo), había otro grupo, el de los desmadrosos y rebeldes que les vale salir mal en las calificaciones, que retaban a los profesores y que creían que porque papi paga las colegiaturas ya con eso tienen el derecho a pasar (que por desgracia en algunas escuelas de paga así es, les interesa más el que les sigan pagando sus colegiaturas que los alumnos).

Joaquín no pertenecía a ninguno de estos círculos sociales y en el fondo no le interesaba pertenecer a ninguno de ellos, estos mismos lo rechazaban y se mofaban de el haciendo bromas crueles y estúpidas, que al final de cuenta son bromas de chamacos idiotas pero que sin una guía adecuada pueden marcar a alguien para el resto de su vida ya que a esa edad somos muy vulnerables e influenciables.

Joaquín se sentía poco apreciado y querido, no tenía amigos y el ir a la escuela cada día le resultaba como un martirio, el ambiente en su salón era extremadamente pesado siempre con competencias entre sus compañeros para ver quién era el mejor para restregárselo a los demás en la cara.

Joaquín no iba muy vienen en sus notas, siempre con reprobadas y no era nada aplicado, pero no porque no pudiera sino simplemente porque no tenía interés en salir mejor, todo le daba igual además que tenía su autoestima muy baja y no sentía que tuviera la capacidad de salir mejor, (muchas ocasiones nosotros mismos nos ponemos limitaciones que no nos permiten avanzar y llegar más lejos, ya que no sabemos de lo que somos capaces de hacer, o es más la comodidad de seguir así que el querer salir adelante, el hombre es capaz de llegar hasta el mismo se lo permita), Joaquín no entendió esto hasta mucho tiempo después.

Por obvias razones en su casa siempre había problemas por las calificaciones que tenia y esto aumentaba mas el sentimiento de rechazo en el, sus papas hacían un esfuerzo muy grande para pagar las colegiaturas del colegio y Joaquín siempre salía mal en sus notas, lo cual era frustrante para sus papas y no sabían que era lo que estaba mal.

Sus papas se sentían desconcertados y no sabían que mas hacer para ayudar a Joaquín, pensaban que tal vez y la escuela no era para él y veían la posibilidad de sacarlo y meterlo a una carrea técnica, que tuviera al menos algo con que defenderse en un futuro si no llegaba a terminar sus estudios.

Joaquín se sentía solo en el mundo y deseaba sentir a alguien a su lado que lo comprendiera, el pedía solo tener un amigo que estuviera con él, era lo que más deseaba, se sentía inservible, que no valía nada y que no merecía nada en este mundo, que su existencia no tenía ningún sentido y que no pasaría nada si él no estuviera, que nadie lo extrañaría. Estos eran pensamientos de un chico idiota e inexperto, pero que pueden ser muy peligrosos a esa edad si no hay nadie que nos haga ver nuestra realidad y que nos ubique.

Los ángeles si existen y están con nosotros, estos nos son enviados en el momento que mas los necesitamos, nos dan un mensaje que nos puede ayudar a salir de la miseria en la que estamos inmersos si nos apoyamos en ellos y ya depende de nosotros saber si lo escuchamos o los ignoramos para seguir en nuestra miseria.

Esa noche Joaquín estaba llorando en su recamara cuando su ángel apareció, era su papá que al escuchar el sollozo en la recamara de su hijo entro a ver qué ocurría, al verlo se sentó junto a él y le dijo –Vamos a Platicar-.

Inexplicablemente Joaquín se abrió al instante con su papa y le platico el cómo se sentía con respecto a todo, que sentía que no servía para nada, el hecho de que no tenía amigos, etc.

Su papa en ese instante supo decir las palabras correctas para ayudar a su hijo que se sentía perdido, le hizo ver que no tenia porque sentirse solo ya que tenia a mucha gente a su lado, su mama, su papa y su hermano, los cuales lo amaban y que era necesario para ellos, que tenía muchas bendiciones que hasta ese momento Joaquín no había tomado en cuenta.

Le dijo algo que se quedo muy gravado en su mente, “Dios nos da muchas cosas por cual dar gracias, en lugar de enfocarnos en lo que no tenemos, debemos enfocarnos en aquello que nos ha sido otorgado y nos daremos cuenta que son más cosas las que nos da que las que nos quita, y si algo no tenemos en este momento es por algo, todo llega a su debido tiempo”.

A algunas personas esas palabras les pueden parecer trilladas, absurdas o cursis, pero para Joaquín fueron las palabras exactas que necesitaba escuchar en ese preciso instante, y que lo marcaron para toda la vida y le cambiaron por completo la visión de su mundo, su realidad, su forma de pensar y de ver las cosas.

Debemos tener los ojos muy abiertos para identificar a esos ángeles que nos mandan y escuchar su mensaje, ya que sin ellos el camino se vuelve muy incierto, estos pueden ser cualquier persona como un amigo, un familiar o simplemente un extraño que en la calle, no sé si a ustedes les ha pasado que ven algo, como a un niño con su papa, y que por el simple hecho de verlos nos cambian el humor por el resto del día.

Un ángel llego en el momento que Joaquín en más lo necesitaba y no hay día que pase en que no dé gracias a Dios por habérselo enviado, y quien mejor para esa tarea que su propio padre.

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